EL GENUFLEXO DE PEDRO CASTILLO
Richard Gonzales
Cuando se representa al pueblo, debe hacerse con la madures y convicción de servirlo con toda firmeza, sin titubeos, sin miedos. Ello dependerá, de cuan convencido se está en la justeza de su causa, mas viniendo de esa cantera del pueblo, titubear, o ceder a la presión de aquellos delincuentes, mafias, gansters, acostumbrados al saqueo, a estrujar la fuerza del pueblo para fines más egoístas y ambiciones desmedidas, es como darle la razón al delincuente que exige como derecho, el seguir robando.
Esa actitud de encarnar los mas nobles intereses del pueblo, no puede venir si no, de una convicción y firmeza en principios, de asumir una ideología concatenado con los intereses de los millones de pobres y humildes.
Defender o luchar por los intereses del pueblo, requiere firmeza, si, basado en la justa razón, esa razón que da contenido a la clase que se sirve, a la que hay que estar dispuesto hasta dar la vida. Pero los débiles, los que, en el discurso, dicen luchar o defender, y teniendo o ejerciendo un poco de poder, y dado los beneficios personales o familiares de ese poder, o las mismas tentaciones que hace vislumbrar la ambición, el deseo de devenir en otro explotador, dado los beneficios que brinda el vivir de la fuerza ajena, entonces, simplemente habrá traicionado a la clase, a su clase de donde vino. Aun cuando siga vistiendo poncho, ojota, sombrero, o el solo hecho de devenir de los mas pobres, de los oprimidos, explotados, no garantiza en lo absoluto, el luchar por los pobres, hay mucha gente, aun deviniendo de la fila de los explotados, se pasan al lado de sus amos, y son los mas perversos y siniestros personajes que defienden por un poco de poder a sus amos más que ellos mismos.
Castillo y compañía, no están luchando contra el sistema capitalista, no están por que se extinga la opresión y explotación, no están para que se suprima la propiedad privada de los medios de producción, sino por prolongar a este cadáver presente que ya es pasado. Ceder ante los explotadores es como, decirle a vuestro verdugo que le extienda las cadenas para poder dar mas pasos en un patio reducido, pero con la cadena puesta.
Guido Bellido, Maravi, el mismo Bejar, representaba de alguna manera los anhelos de los pueblos, aun con todas sus limitaciones o problemas, mas Maravi, quien siendo del pueblo, reivindicaba los derechos de la clase obrera, y daba pasos en la practica al servicio del pueblo, a restableces derechos y reivindicaciones, es decir, de alguna manera encarna las causas justas, ¿el presidente Castillo está en contra de esas causas justas?, se podría decir, bueno es insostenible con todo su pasado, ¿Por qué la ultraderecha está en los diferentes poderes o son funcionarios del Estado con todo ese pasado y presente gansteril, delincuencial, mafiosa, asesina?, ¿Por qué se cede ante los delincuentes de saco y corbata?, ¡aah! Ahora la gente decente son los saqueadores, los vendepatrias, los ladrones, narcotraficantes, los sicarios de la prensa, los bancos gansteriles, ¿a ellos es la que hay tenerle respeto y consideración?
Lo que pasa es que, cuando se comienza a abandonar y claudicar, el pueblo deja de tener significado, poder, cuando lo que corresponde es ir a las masas, activar su verdadero poder, organizarlas, moverlas para que defiendan su gobierno, sus representantes, pero si ya no lo es, entonces, se comienza a representar a los intereses de quienes siempre han mandado, explotado y oprimido, allí está la razón de todos los miedos, de la cobardía ante el patrón.
Los pueblos, seguirán luchando, por sus derechos y reivindicaciones, pero en este mismo ejercicio, de la participación política en el poder, el pueblo debe generar sus verdaderos representantes, no a aquellos genuflexos, timoratos, si no, hombres capaces hasta de dar su vida por las casusas del pueblo, y solo se es capaz de aquello, y probado esta, quienes asuman una posición proletaria, solida, probada y consecuente con desinterés absoluto, con el espíritu de servir al pueblo de todo corazón.
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