EL DECLIVE DE UNA POTENCIA
El fin de la hegemonía de EE.UU. comienza a sentirse, a la decadencia de su democracia indirecta y a la pérdida de peso de su economía se suma el auge de China.
POR JAIME CRUCES ROSAS
El papelón internacional de EE.UU. tras las elecciones del 3 de noviembre no tiene precedentes, una potencia que se ufanaba de su antidemocrático sistema representativo vive días difíciles, en realidad años difíciles, desde que el 2016 eligieron a un impresentable Donald Trump que obtuvo tres millones de votos menos que Hillary Clinton.
En EE.UU. las elecciones son indirectas, los ciudadanos no eligen a su presidente y vicepresidente, votan por delegados, cada Estado tiene un número de electores, el partido que gana en un Estado se adjudica todos los cupos, y luego el Colegio Electoral envía los resultados al Congreso quien proclama al presidente y vicepresidente.
La danza de miles de millones de dólares comienza con las elecciones primarias, se calcula que entre todos los candidatos el 2016 gastaron más de 6,500 millones de dólares y este año esa cifra se ha disparado. Del nivel de debate o de ideas mejor no hablamos, desde la era Trump, EE.UU. se asemeja a una república bananera.
Pero el declive de EE.UU no es solo reflejo de su caduca democracia indirecta, la fuerza de su economía ha ido perdiendo peso; su hegemonía que parecía irremplazable hace pocos años se va diluyendo poco a poco, ni la primacía del dólar, moneda de cambio obligada, detiene esa caída.
La historia reciente registra la caída de potencias europeas que dominaron el mundo y que tras dos guerras mundiales, cedieron paso a EE.UU. que emergió como potencia hegemónica a la cabeza de occidente frente a la exURSS, y tras su derrumbe, trató de imponer la unipolaridad y lo consiguió el 2001 gracias a las torres gemelas.
Esa unipolaridad se rompió con la crisis del 2008, el derrumbe de los mercados mundiales provocado por la burbuja inmobiliaria en EE.UU. mostraba ya el deterioro de un sistema montado sobre la especulación financiera, la industria de las armas y el dólar, pero la asunción del trastornado Donad Trump evidenció el descenso.
Ya el 2014, en términos estrictamente de producción el PBI de China sobrepasó simbólicamente a EE.UU. como potencia económica, China alcanzó 16.6% frente al 15.9% de EE.UU. y ese ritmo continúa. La pandemia encontró a EE.UU. con un presidente bananero, no con un estadista, mientras China que posee la mayor cantidad de los bonos del Tesoro USA será la única potencia en crecer.
John Biden es el presidente N°46 de EE.UU. a pesar de la convulsión de Donald Trump; la diferencia estará en las formas, volverá al acuerdo de París y a la OMS, mejorará la relación con sus aliados europeos principalmente, pero el declive paulatino y tormentoso como potencia hegemónica no la detiene nadie.
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