COMUNICADO con relación al registro y remisión de saldos de libre disponibilidad para el Año Fiscal 2025, la Dirección General de Presupuesto Público del MEF informa lo siguiente:

COMUNICADO con relación al registro y remisión de saldos de libre disponibilidad para el Año Fiscal 2025, la Dirección General de Presupuesto Público del MEF informa lo siguiente:
"Dina Boluarte: del poder prestado a la dictadura despótica
Dina Boluarte parece no entender lo que es la política. El poder que hoy ostenta no le pertenece ni por mérito propio ni por legitimidad popular real. Se le entregó de manera circunstancial, como resultado de una crisis, pero la fuente de ese poder —el pueblo, el soberano— es la única que podía y debía refrendarlo. La política en una democracia no es la imposición de la voluntad personal, ni mucho menos el sometimiento de la sociedad a caprichos y delirios de grandeza; es, en esencia, el gobierno del pueblo para el pueblo.
Lo que hoy vivimos bajo el régimen de Boluarte es una distorsión de la democracia en su forma más grotesca. Se presenta como una mandataria legítima, cuando en la práctica encarna un despotismo revestido de formalidades. No responde al pueblo que dice representar, sino a intereses ajenos, y su accionar refleja cada vez más los rasgos de una dictadura sin máscaras.
El problema central es que la señora Boluarte ha confundido el ejercicio del poder con la apropiación del poder. No gobierna para resolver los problemas del país, sino para sostenerse en el cargo, utilizando la represión, el silencio cómplice de instituciones corruptas y el respaldo de los grupos que ven en ella una ficha útil. Pero lo que resulta más preocupante es el estado psicológico que transmite: una megalomanía desbordada que roza la psicopatía política.
Conviene aclarar: el psicópata, por definición, es alguien frío, calculador, inteligente en la manipulación y certero en la perversidad. Pero Boluarte ni siquiera alcanza esa categoría. Ella no es una estratega del mal; es, por el contrario, torpe en su arbitrariedad, bruta en su maldad, incapaz de elaborar un proyecto que justifique sus actos. Es la figura de una gobernante que, en su desconexión con la realidad, termina actuando contra la lógica misma de la política: en lugar de construir consensos, destruye la confianza; en lugar de escuchar al pueblo, lo reprime; en lugar de entender la democracia, la pisotea.
La democracia no es un adorno, ni un discurso vacío que se repite para legitimarse. Es un contrato social que exige respeto a la voluntad del soberano, rendición de cuentas y límites al poder. Boluarte ha quebrado ese contrato. Se ha erigido como una autoridad que se cree indispensable, cuando en verdad es solo un accidente en la historia, un error político sostenido por la debilidad institucional.
Por ello, el mayor peligro de Dina Boluarte no es únicamente su ilegitimidad, sino la normalización de su dictadura disfrazada de legalidad. Si aceptamos que una mandataria sin legitimidad popular actúe como soberana absoluta, entonces habremos renunciado a la esencia misma de la democracia.
El pueblo no le entregó el poder para que lo use contra él. Ese poder es prestado y, como todo préstamo, tiene condiciones y límites. Cuando se rompe ese pacto, lo que queda es una impostura: la farsa de una democracia secuestrada por una tiranía de pacotilla."
Cecilia Garcia